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Enero - Abril 2019

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GRACIA PÉREZ IGÚZQUIZA

Nuestra hermana Gracia Pérez Igúzquiza de la Comunidad de Laredo, Provincia Ibérica, murió en la paz del Señor, a los 84 años y 66 de vida religiosa, el 29 de enero de 2019.

Nuestra hermana Gracia nació en Cárcar, Navarra. Inició el noviciado el año 1950 en la Casa Madre y aquí continuó durante el juniorado hasta que un año después de la profesión perpetua, emitida en el año 1957, fue destinada al colegio de Toledo. En el colegio se dedicó a la enseñanza trabajando con los niños de preescolar. También en el Seminario de Toledo ayudó a los sacerdotes y seminaristas.

Destinada durante diez años en la Comunidad del Pardo, seminario de los Hermanos Capuchinos, fue muy querida por su atención a los seminaristas y hermanos. En 1980 ejerció nuevamente como profesora en la Comunidad-Guardería de Laredo. Ausente de la Comunidad para cuidar a su madre durante 10 años, se reincorporó a la misma comunidad en el año 2002 en la que residía actualmente.

Fiel al carisma y al testamento de nuestra Fundadora fue una hermana de paz, de oración, generosa, servicial, trabajadora austera y solidaria. Se la distinguía por su espíritu franciscano, su confianza en María, Divina Pastora su amor a la Iglesia y al Instituto. En el pueblo llevaba a cabo su apostolado, visitaba a los enfermos, a quienes trataba de atender bien física y espiritualmente. Siempre trabajó con entusiasmo y mucha sencillez.

Llevó su enfermedad con mucha elegancia, y aceptación. Hace unos días tuvo que ser ingresada porque su estado de salud se agravó y hoy nos ha dejado para pasar a la Comunidad definitiva: la del Dios Trinidad que la ha recibido, según nuestra fe, como a hija amada y querida.

​Demos gracias a Dios por los dones que puso en ella y por su testimonio de vida.

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MARÍA PAZ RODRÍGUEZ ÁLVAREZ

Nuestra hermana María Paz Rodríguez Álvarez de la Comunidad de Mayores de León, Provincia Ibérica, murió en la paz del Señor, a los 99 años y 77 de vida religiosa, el 9 de febrero de 2019.

Nuestra hermana María Paz Rodríguez Álvarez nació en Castiñeira (Orense). Todas sus etapas de Formación las vivió en la Casa Madre, Madrid. Su actividad y misión que comenzó en Atienza como profesora de “parvulitos” después de su primera profesión en 1942, se desarrolló en el Colegio y Hogar de niños de León, y en el de Barco de Valdeorras. Formó parte de la comunidad de la Antigua casa de Mayores y de la actual desde octubre de 2017, que ha sido el peldaño para pasar al destino definitivo.

Por los testimonios de las hermanas, se puede decir que, durante su larga vida con buena salud, hizo honor a su nombre y entre las muchas cualidades y dones destacan:

  • La fe y la oración como fuente primera de su ser y actuar.

  • La devoción a la Divina Pastora y amor a la Congregación.

  • La serenidad la sonrisa y la paz que irradiaba.

  • La disponibilidad y colaboración en todo lo que podía.

  • La pobreza, austeridad y sencillez en su vida y sus cosas.

  • El orden y limpieza en todo lo que le era propio y en la vida común.

  • La delicadeza en el trato, por lo cual era muy querida por las postulantes que ella
    orientó como Formadora, por los alumnos y padres, así como por las hermanas y
    personas con las que se relacionaba,

  • El interés por hacer Comunidad, la asistencia a los actos comunitarios casi hasta
    los últimos días de su vida.

Ingresada en el Hospital de los Hermanos de San Juan de Dios por una neumonía, recibió la unción de enfermos totalmente consciente, pero los medios humanos no pudieron impedir que QUIEN es el dueño de la vida, la llamase a Su presencia para alcanzar en plenitud de lo que aquí vivió en esperanza gozosa.
Damos gracias a Dios por los dones que puso en ella y por todo el bien que realizó.

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MISERICORDIA PÉREZ PÉREZ

Misericordia Pérez Pérez de la Comunidad de Benavides de Órbigo (León), Provincia Ibérica, murió en la paz del Señor, a los 92 años y 73 de vida religiosa, el 23 de febrero de 2019.

Nuestra hermana Misericordia Pérez Pérez (María Josefa) nació en Estébanez de la Calzada (León). Su formación como novicia la inició en la Casa Madre y aquí también hizo su primera profesión al igual que su Consagración definitiva al Dios que la llamó a Su seguimiento.
Cuéllar, Valladolid, Torrelavega Palencia, Llanes fueron comunidades por las que en obediencia pasó, dedicada a la sanidad, compaginando esta misión con el servicio de Superiora local, vicaria y pastoral rural después de jubilada, y que nos hablan de una vida entregada en Amor y Sacrificio. Llega a Benavides en agosto de 2012.
Según los testimonios de las hermanas, era muy cercana al sufrimiento de las personas, si veía una necesidad ella se ofrecía y si le pedían ayuda siempre estaba disponible. Responsable en sus obligaciones, servicial, humilde, agradecida, agradable y buena para la convivencia fraterna.
Tenía siempre gran interés por la formación espiritual y disfrutaba con las oraciones, comentarios y reflexiones que se hacían en comunidad.
Hoy el Dios, que le dio la vida y a Quién ella se la entregó por amor, la ha llamado para gozar de la VIDA que permanece para siempre.

 

Damos gracias a Dios por ella y por todo el bien que realizó.

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ASUNCIÓN RAMOS FERNÁNDEZ

Asunción Ramos Fernández de la Comunidad de Benavides de Órbigo (León), Provincia Ibérica, murió en la paz del Señor, a los 88 años y 66 de vida religiosa, el 18 de marzo de 2019.

Nuestra hermana Asunción Ramos Fernández nació en Villares de Órbigo (León). Con 20 años inicio el noviciado en la Casa Madre y cumplidos los plazos y la formación requerida, hizo su primera profesión y Profesión perpetua también en la Casa Madre.

Como auxiliar de enfermería, su misión apostólica la realizó siempre en clínicas: Badalona, Pamplona, Palencia, Laredo, León, excepto un tiempo que estuvo en la comunidad del Colegio de Fuencarral.

La enfermedad la visitó siendo joven, superada una intervención y después de sufrir un ictus cerebral, del que nunca se recuperó, pasó a la Comunidad de enfermeras de la C/Nicaragua, (posteriormente Casa de mayores de León), hasta septiembre de 2014 que fue destinada a la Comunidad de Benavides, desde dónde ha partido a la Comunidad definitiva: la de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Las hermanas que han convivido con ella señalan que su incapacidad para hablar, secuela fuerte del ictus, le hacía muy difícil la comunicación y en ocasiones aparecía su carácter genuino, pero soportando con paciencia su incapacidad y su dependencia; destacan su capacidad de sufrimiento, no se quejaba ni del dolor ni de la espera para ser atendida y expresaba su agradecimiento con una sonrisa. Cuando su delicada situación lo permitía la llevaban a la celebración de la Eucaristía a la que asistía en silencio y devoción.

Su larga enfermedad complicada con las anteriores y nuevas la han llevado últimamente a un deterioro general de su organismo y hoy su corazón se ha parado definitivamente para entrar en el corazón del Padre.

Descanse en paz.

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ELISA TORRE CAMPO

Elisa Torre Campo, de la Comunidad de Benavides de Órbigo (León), Provincia Ibérica, murió en la paz del Señor, a los 87 años y 64 de vida religiosa, el 22 de marzo de 2019.

Nuestra hermana Elisa Torre, nació en Barrio de Bricia (Burgos), España. En 1952, respondiendo a la llamada de Dios inició el noviciado en la Casa Madre. Cumplido el periodo de su formación y emitidos los votos temporales permaneció como estudiante en la Casa Madre y años más tarde hizo aquí su Profesión perpetua.

Dedicada a la educación, Villa del Río y Arenas de San Pedro, son los dos Colegios dónde vivió la mayor parte de su misión-apostolado, también en Orozco y Córdoba, en todos dejó su huella de entrega, cariño, cercanía y servicio a alumnos, padres y profesores. Como directora del Colegio de Arenas, para acomodarse a lo que pedían a nivel educativo, inició el APA, (actual AMPA, Asociación de padres y madres de alumnos). En su segunda estancia en este Colegio ya jubilada, su actividad en la portería permitió que siguiera en contacto con toda la Comunidad Educativa.

Las hermanas la recuerdan como hermana participativa, cariñosa intentando vivir en pobreza franciscana y en el amor y sacrificio de la M. Fundadora.
Ya enferma llegó a Benavides en 2015, manifestaba agradecimiento por las atenciones que necesitaba, llevó con paz su enfermedad hasta este día, en que dejando todo atrás el Señor la quiso plenamente para Él y en Él descansará por toda la eternidad.

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AMABLE DÍAZ DÍAZ

Amable Díaz Díaz, de la Comunidad de Benavides de Órbigo (León), Provincia Ibérica, murió en la paz del Señor, a los 98 años y 76 de vida religiosa, el 27 de marzo de 2019.

Nuestra hermana Amable Díaz Díaz nació en Sindrán, Monforte de Lemos (Lugo, España). A los veinte años inició el noviciado y dos años después hizo su primera Profesión en la Casa Madre, de dónde salió
para el colegio de Barco de Ávila y aquí llegado su momento se consagró definitivamente al Señor por la Profesión Perpetua.

Su misión la realizó siempre en comunidades relacionadas con los Colegios, excepto unos años en la Residencia de Ancianos de Cangas de Onís, y en la Guardería de niños de León, (hoy casa de Mayores), realizando las actividades indispensables de la casa, para que otras hermanas pudieran realizar la suya en el colegio o guardería y al llegar pudieran tener el “pan de cada día” preparado. Emilio Ortuño, Valderas, Barco de Valdeorras, León fueron comunidades en las que vivió y trabajó con sencillez y entrega. En Benavides estuvo destinada por dos veces durante ocho años; ya de mayor y mientras pudo siguió trabajando en Barco en el comedor de niños, visitando a familias necesitadas, ayudándolas en sus carencias y realizando trabajos con ellas, por lo cual era conocida y querida por muchas personas.

Hermana de carácter fuerte, lo dulcificada con su “chispa de humor”, muy trabajadora y ordenada en sus cosas, así como en todo lo relacionado con la Comunidad, pendiente de su familia y hermanos cuando enfermos necesitaban ayuda. Muy devota de la Virgen y oyente asidua de “Radio María”, donde seguía el rezo del rosario, charlas, eucaristía y todo lo que la ayudara a estar informada.

La enfermedad hizo mella en su cuerpo y en su mente y ante la imposibilidad de atenderla en la comunidad como su situación necesitaba, en agosto del año 2018 ya enferma pasó a formar parte por tercera vez, de la Comunidad de Benavides, en la que hoy ha entregado definitivamente su vida al Señor.
Descanse en paz.

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JUANA FRANCO PALOMINO

Juana Franco Palomino, de la Comunidad de Benavides de Órbigo (León), Provincia Ibérica, murió en la paz del Señor, a los 90 años y 53 de vida religiosa, el 28 de marzo de 2019.

Nuestra hermana Juana nació en Bujalance, (Córdoba - España) Respondió a la llamada del Señor iniciando el noviciado en León en el año 1963, aquí hizo su primera profesión y destinada al Colegio de Córdoba, cuando llegó el momento hizo su profesión perpetua en el año 1971 en su querida tierra cordobesa.

Después de un corto periodo de tiempo en las comunidades de los colegios de León y Barco de Ávila, fue destinada al colegio de Córdoba y aquí paso gran parte de su vida hasta que en 2012 llegó a la Casa de Mayores de León; al comenzar la reforma un nuevo cambio la llevó a la Comunidad de Benavides en el 2014.

Las hermanas de Córdoba destacan de ella que su vida en Comunidad era de una persona feliz, alegre, con sentido del humor y la típica chispa de los andaluces. Muy agradecida, entregada y fiel a los actos comunitarios.
Entre las actividades que realizó, destacan su misión en la portería del colegio, incansable en su misión de atender a las personas, cariñosa y paciente con los niños y los padres. ¡Aún seguían preguntando por ella!. Disfrutaba con el deporte y siempre se interesaba por quién iba ganando, expresando su alegría, su satisfacción cuando ganaban los del colegio. La unión deportiva del Centro la nombró “su madrina” y le entregaron una placa como símbolo, por lo que se sintió satisfecha y agradecida.

Era muy amante de la familia, y de sus sobrinos que directa o indirectamente siguen en el Centro. Como humana le costó mucho dejar su tierra y familia al ser destinada a León, pero lo asumió desde la fe, recibiendo además de la acogida en la Comunidad, la relación con sus familiares que la llamaban y visitaban siempre que les era posible.
Hoy, su cuerpo cansado y su corazón desgastado, pero seguro que lleno de nombres queridos, han dejado esta morada terrena para llegar al destino definitivo.

Descanse en paz.

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ESPERANZA SANZ HERNANDO

Esperanza Sanz Hernando, de la Comunidad de la Casa Madre, murió en la paz del Señor, a los 78 años y 53 de vida religiosa, el 29 de marzo de 2019.

Nuestra hermana Esperanza recibió el don de la vida en Ayllón, provincia de Segovia en una familia numerosa y muy creyente.
Con 23 años inició el noviciado en la Casa Madre y poco después de su primera profesión en 1965 fue destinada a la Casa Procura de Roma, (entonces Colegio Español de Sacerdotes). De regreso a España, en la Casa Madre, consagró definitivamente su vida al Señor por la profesión perpetua en 1970, y durante el tiempo que permaneció aquí aprovechó para realizar algunos estudios y entrega en diferentes
servicios.

El destino siguiente fue la Comunidad de nuestra Casa de ejercicios en Miraflores de la Sierra, y después de tres años volvió a la Casa Madre en el año 1991.
Pocos fueron los destinos, pero en todos dejó su impronta de mujer consagrada en la que desde la sencillez, siempre estaba disponible para el trabajo sin tiempo, el servicio desinteresado, la alegría y el humor compartidos, la palabra de ánimo en el momento adecuado, colaboradora incansable en todo aquello en que su presencia era requerida, o sin que nadie se lo pidiera, muy atenta con las hermanas, especialmente con las enfermas y también con las madres de las que por enfermedad o edad pasaron tiempo con sus hijas religiosas, portería, lavadero, plancha, jardín…en la cocina intentaba sorprender con aquello que sabía le gustaba a las hermanas o comensales. De ánimo estable aún en medio de las pruebas y dificultades, vivía el Amor y Sacrificio desde la fe, el silencio y la humildad de quien se sabe en manos de Alguien que la ama.

Vivía su sentido de pertenencia a la Congregación desde lo profundo y cuando ya enferma grave en el hospital, la familia le insinuó que podía irse a casa con ellos, contestó: “Yo quiero ir a la Casa Madre, esa es mi familia”. Mujer de paz, trataba de mantener la calma y la transmitirla a los demás. “Mañana nos enfadamos” era una frase que decía a quién estuviera con ella ante situaciones inesperadas o complicadas.

Su salud fue delicada desde bastante joven, sufrió varias operaciones, pero llevó los contratiempos con humor y haciendo lo posible por superarlos. Estos últimos años todo se fue complicando, y ya en casa cuando las hermanas y los médicos de cuidados paliativos le hacían un servicio, abría los ojos, daba las gracias y sonreía.
Gracias Esperanza por tu vida, y recibe de Dios la Paz definitiva.

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GERMANA GUERRERO PISABARRO

Germana Guerrero Pisabarro, de la Comunidad del Colegio de Barcelona, murió en la paz del Señor, a los 96 años y 71 de vida religiosa, el 2 de abril de 2019.

Nuestra hermana Germana (Almudena) era natural de La Antigua, provincia de León. Después de un tiempo de búsqueda y discernimiento, con 22 años inició el noviciado en la Casa Madre, aquí siguió sus etapas iniciales y durante muchos años en la cocina, donde la mayor parte de las hermanas la conocimos y colaboramos con ella en esta tarea cuando éramos novicias, hasta que en 1974 fue destinada a la Comunidad del Colegio de Santander. Después de cinco años, el 31 de agosto de 1979 pasó a formar parte de la Comunidad del Colegio de Barcelona.

Las hermanas que hemos convivido con ella hemos podido disfrutar de cómo era, apreciando sus virtudes humanas y como religiosa. Tenía un gran espíritu de libertad.
Siempre mostró un gran deseo de formarse y de participar en actos religiosos que se programaban en la ciudad. Se inscribió en cursos de Biblia, participó durante años en cursillos y grupos de oración, método P. Larrañaga. Gran devota del Sagrado Corazón, acudía cada mes a la adoración en el Templo del Tibidabo. Con motivo de sus 50 años de Vida Religiosa hizo Ejercicios de mes en los Jesuitas de Manresa.

Sentía un gran cariño por la vida y hermanas de la Congregación. Poseía una excelente memoria que ha conservado hasta el final. Cuando se hablaba de alguna hermana o venían a visitarnos, recordaba en muchísimos casos hasta el nombre del pueblo del que era oriunda.

Fue donante de sangre hasta que se jubiló.
Su vida, con los años se redujo en actividad, y después de varias caídas con fracturas se movía con un andador sólo por la casa. Conservó su mente lúcida y sus días transcurrían con serenidad y paz: la misa de la televisión, la lectura de la Palabra de Dios, el rezo del rosario, la relación asidua con el Señor y la Virgen y la dedicación a la lectura, que era una de sus pasiones.
Las hermanas de la comunidad creíamos que su vida terminaría de forma natural, pero una corta y grave enfermedad, que ha vivido con plena serenidad, ha hecho que hoy pasase confiadamente a las manos del Padre.
Gracias Germana, por todo cuanto hemos recibido de ti.
Tu Comunidad

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