FMMDP en Red

El primer día de la semana, Pedro y Juan, llegaron al sepulcro. Lo vieron vacío, las vendas en el suelo y el sudario enrollado aparte. Y creyeron. Entonces comprendieron la escritura: que Él había de resucitar de entre los muertos.

Porque creyó y esperó en el Señor Jesús, muerto y resucitado, celebramos hoy con ella su paso a la verdadera Vida. Damos gracias a Dios por ella y por su larga existencia, activa hasta el final de sus días.
Entró muy joven en la Congregación en 1940 en la Casa Madre y aquí hizo su primera profesión. Contaba las dificultades de estos inicios, como consecuencia de la guerra civil y de las circunstancias del conflicto.
A lo largo de su extensa vida, tuvo varios destinos: Villagarcía de Arosa donde profesó de votos perpetuos, fue uno de los más largos. Sus antiguas alumnas, aun hoy, la recuerdan con cariño y hablan de ella como excelente profesora de matemáticas, como buena persona y hermana, era mucho más que maestra para ellas.
En 1970 fue destinada a Eldorado (Argentina). Vivió este cambio con dolor por lo que supone “salir de la propia tierra”, alejarse de lo ya conocido y querido, hermanas, familia… pero con sentido de fe y obediencia, hizo lo que Dios le pedía en ese momento.
Después de siete años regresa a España y la M. Provincial le pidió que se quedara ya aquí para formar parte de la Provincia y ejercer diversos servicios y entre ellos, el servicio de Administradora Provincial, formando parte del Consejo Provincial de Galicia.
Vivió en diversas comunidades: Coruña, Santiago, Rianxo y de nuevo Santiago. Aquí desempeñó el servicio de animación de la comunidad, además de la administración.
Con el tiempo se fue quebrantando su salud, pasando a un cierto grado de dependencia y aceptando lo que se deriva de esta realidad. Ya en la enfermería, en donde vivió los últimos años, se mantuvo pendiente de las hermanas enfermas en lo que respecta al cuidado de la vida espiritual, posibilitando los medios que ayudan para ello.
En el día a día, perfectamente organizado, cuidaba su persona, y su mente. crucigramas, sudokus, sopas de letras, de números…siempre ocupada y activa. Y así la encontró la muerte. Consciente hasta el final, dándose cuenta de que llegaba su hora, se entregó en los brazos de Dios, confiada en su misericordia.

Descansa en paz, Asunción. Rezamos por ti y contigo.

Nuestra hermana Carmen nació en Oimbra, provincia de Orense (España). El lugar del noviciado, profesión temporal y votos perpetuos fue la Casa Madre, así como la formación posterior y la renovación.
Su primer destino fue el colegio de Toledo, pero en 1963, en disponibilidad y servicio partió para Venezuela.
La aportación de las hermanas que convivieron y trabajaron con ella escriben:
Mujer muy pedagoga, trabajaste con los niños incansablemente en la educación, en la catequesis, a
través de cantos, de juegos, con dibujos, supiste llevar a los niños a Dios. Muy entregada y sacrificada,
con los pobres, con los indígenas.

Toda tu vida en Venezuela fue de entrega de amor y de sacrificio.
Hoy seguro que el Señor te dice esa frase: “Ven bendita de mi Padre” porque te hiciste una con los
niños y como los niños, porque el que se hace como los niños, el que cuida, el que educa como tú lo
hiciste, de ellos es el Reino de los cielos.

Son muchas las generaciones de niños y niñas que siendo ahora adultos te recuerdan con ese cariño que te dedicaste al educar.
Gracias, Carmen, por tu vida entregada. Por tu sensibilidad, por tu amor a los más débiles, a los más
pequeños, te bendecimos y bendecimos a Dios por todo lo que fuiste durante tu vida.
Recordando a Carmen, dice una hermana, me vienen a la mente las palabras de Jesús: “Un verdadero
israelita que no conoce doblez, si no os hacéis como niños…” Eso fue Carmen, hermana sin doblez con
alma y corazón de niño. Con una confianza y fe en Dios al estilo de Fray Junípero. Hasta el cielo hermana.
Regresó a España en 2018, estando por poco tiempo en la Casa Madre y en febrero de 2019 fue
destinada a la Comunidad de Benavides. Añorando siempre su querida Venezuela, contaba sus
experiencias con mucha gracia y tantas veces que ya las sabíamos de memoria.
Hermana muy activa, siempre dispuesta a ayudar a las hermanas más necesitadas. Con gran sentido
del humor, en las fiestas o aniversarios de las hermanas, siempre estaban sus chistes, poemas y bailes.
Persona de oración con gran devoción a la Virgen, muy agradecida, sabía disculpar a las hermanas
cuando fallaban en algo.
Hace poco más de un mes por falta de movilidad estaba en silla de ruedas, pero conservando su buen
estado general de salud.

Ayer, jueves celebró con todas la Unción de enfermos, ¿Qué mejor preparación para encontrarse con el Señor?

¡Descansa en paz Carmen!

Isabel era natural de Penalobo, Sabugal, Portugal. Ingresó en el noviciado, en Tortoreos, el día 18 de enero de 1949. Aquí emitió los primeros votos y la Profesión Perpetua tuvo lugar en la Casa Madre el 12 de septiembre de1956.
Profesionalmente, trabajó como auxiliar de enfermería sobre todo en hospitales y hogares de la Misericordia: Abrantes, Gavião e Proença-a-Nova. Después de jubilada, se preocupó en prestar sus primorosos servicios domésticos en las varias comunidades donde pasó: Lisboa, Fátima, Porto.
Isabel siempre se caracterizó por su jovialidad, dotes de comunicación, facilidad de palabra y, podemos decir, que su memoria era un archivo de acontecimientos que a todos admiraba. Pero sobre todo en su vivir diario, se destacaba en ella la faceta del amor fraterno. Amó a todos sin distinción: pobre que le comunicara cualquier dificultad, hacía todo lo que podía para atenderle; cualquier hermana que llegase a la comunidad, de lejos o de cerca, allí estaba Isabel solícita por si necesitaba algo; la disponibilidad para cualquier servicio era notoria. Cocinaba muy bien y ofrecía a las personas aquello que sabía que les gustaba. Parecía una hormiguita, sin ser notada, de un lado para el otro, siempre atenta y preocupada especialmente con las enfermas.

Amó a la Congregación y participó activamente en los periodos de formación permanente. En los encuentros de Provincia, se preocupaba para que nada faltara y todo estuviese a punto. La capacidad de servicio humilde, dedicado a todos, era alimentada en la oración y en la participación activa en los actos comunitarios y a nivel general.
Con el pasar de los años, su salud se fue deteriorando y su fragilidad aumentando. El pasado día 23, su estado de salud se agravó y fue hospitalizada.
Y hoy, cuando la comunidad se preparaba para acoger el Espíritu, en el momento de la adoración al Santísimo, nos comunican del Hospital que Isabel había partido. Ella que era muy devota del Espíritu Santo y nos comunicaba esta faceta de su espiritualidad, fue a celebrar el Pentecostés en el seno de la Trinidad.
Que descanses en Paz, Isabel.

Tus hermanas de comunidad.

Nuestra hermana María Antonia era natural de Villa del Río. En 1956 inició el noviciado y con posterioridad el noviciado, así como la profesión perpetua en la Casa Madre.
En su vida de misión se dedicó fundamentalmente a la educación en los colegios de San Felices de Buelna, Arenas de San Pedro, León, Benavides y Andújar, con niños pequeños, a los que se entregaba con dedicación cariñosa y cercana. Era muy querida tanto por ellos como por los padres.
En Benavides, fue muy abierta, cercana y entregada a las gentes del pueblo, que le correspondían con afecto.
En Andújar, llevaba grupos de oratorio con los niños de infantil, lo hacía muy bien y los niños disfrutaban mucho. Ayudaba en el comedor, siempre con los más pequeños, a algunos les enseñó a comer. En la Escuela Hogar se encargaba de los niños más conflictivos, mostrándose firme y a la vez cariñosa.
Afirma una profesora de Andújar que colaboraba en las celebraciones, participaba en todo lo que podía y se le pedía, muy buena relación con los profesores, la define como mujer bondadosa y generosa.
Destacar su labor realizada en los campamentos y encuentros en Tablada, además de preparar la comida hacía reír mucho a los niños por su simpatía y gracia.
Fue administradora, hermana sacrificada, trabajadora y sencilla. Siempre con una sonrisa.
Se interesó por la formación al participar en tiempos de posterior renovación y renovación, organizados desde el gobierno General.
El Señor que la llamó ya a su presencia, cuando nadie lo pensaba, le conceda gozar de SU armonía para siempre.

Descansa en paz.

Nuestra hermana Concepción nació en Villaverde de Iscar, provincia de Segovia (España).
La etapa del noviciado y la primera profesión las vivió en la Casa Madre, y la profesión perpetua en Zurita, comunidad de su primer destino y que ya hace muchos años que está cerrada.
En 1948 fue destinada a Argentina, (Pilar y Eldorado) dedicándose a la educación en Primaria y a la administración.
A su regreso a España, fueron varias comunidades-colegios donde estuvo, en algunas más de una vez, como educadora, administradora y secretaria: Granollers, Monte Igueldo, Francisco Laguna, Toledo, Santander, Francisco Iglesias, Emilio Ortuño. En 2018, desde Francisco Laguna, pasó a Fuencarral, donde ha fallecido.
Hermana misionera y fraterna, muy callada y serena, sin buscar discordias; amante de la Congregación y todo lo relacionado con ella, respetuosa con todos, dentro y fuera de las comunidades; participativa y puntual en los actos comunitarios, aportando lo que ella creía y podía. En Santander, ya con muchos años habló de la Madre Fundadora a un grupo de seglares que se interesaba por su vida.
Muy ordenada en sus cosas y desprendida, tenía pocas pertenencias y repartía a quien le podían servir, porque decía que así cuando muriera dejaba menos trabajo.
Una caída le afectó a varios órganos internos y aunque fue operada, ya no se recuperó. Aceptó con serenidad y sin quejarse este tiempo difícil hasta el día de hoy.

Descansa en paz.

Nuestra hermana Germana nació en Leiro-Gomariz, provincia de Orense (España).
A los tres días de hacer su primera profesión fue destinada a San Felices en Cantabria. Durante su larga vida fue dejando una estela de su buen hacer en varios servicios: Roma, Seminario de Toledo, Salamanca, Laredo, Fuencarral, Santander, y varias comunidades de Orense, llegando a la Comunidad del Colegio en agosto de 2012, donde ha fallecido.
Tanto en la educación con niños de preescolar como en otras actividades, hacia “afuera” supo dar la mejor de sí misma, al igual que en su servicio de superiora local, administradora, trabajos domésticos, dicen las hermanas que era sencilla, muy alegre, libre, positiva, con una gran sabiduría, abierta, acogedora con todos, con una gran vitalidad, atenta a las necesidades de las personas que la necesitaban. Transmitía paz en sus conversaciones, no hablaba mal de nadie y no escuchaba las críticas.
Muy amante de la Congregación y gran devoción a María.
Mostraba gran inquietud por conocer las necesidades de la parroquia y mientras pudo visitaba a los ancianos y enfermos.
Que el Señor la recompense con la Resurrección en la plenitud de Su Reino.

Nuestra hermana Victoria nació en Lima- Perú en el año 1944.
El noviciado, profesión temporal y perpetua las realizó en Lima, ésta última en el año 1983.
Fueron varias las comunidades donde estuvo destinada: Huachipa, Oxapampa, Villa Rica, Chirinos, Fila Alta, Quillazú, Santa Isabel de Hungría y Chosica.
Se caracterizó por su amor a San Francisco de Asís, siguiendo su ejemplo de seguir a Cristo pobre y crucificado. El lema que la acompaño durante su vida fue “Mi Dios y mi todo”, frase que la llevaba grabada no solo en el aro sino también en su corazón, que la llevaba a levantarse muy temprano y pasar largos ratos ante el sagrario. Mujer de oración que preparaba la liturgia con mucho esmero y la vivía intensamente; fue muy asidua a la lectura espiritual y sabia escoger libros que la nutrieran el espíritu y compartía con alegría y fe sus reflexiones con las hermanas en el comentario de la Palabra. Fue una hermana serena y de poco hablar, puntual en los actos comunitarios.

Durante la semana que le tocaba de cocina se preparaba ofreciendo a las hermanas un menú lo más agradable posible.
Formó parte de las comunidades formativas tanto del aspirantado, postulantado como del noviciado.
Ejerció su apostolado ayudando a la gente necesitada, a través de comedores populares, biblioteca, postas sanitarias y dispensarios, procurando que a los niños y enfermos no les faltara lo necesario. Le gustaba cuidar a los animalitos de casa, encargándose de su alimentación.
Tenía un buen sentido del humor, le gustaba hacer bromas a las hermanas que terminaban riendo juntas y en algunos momentos se llevaban un susto.
A ella le debemos el diseño de la medalla que nos identifica como FMMDP.
Siempre tuvo una salud delicada hasta que se le declaró un cáncer que la fue minando poco a poco. Ha llevado su enfermedad con paz, hasta que el Señor la llamó a su presencia.
Descansa en el Señor. Tus hermanas te recordaremos siempre.

Nuestra hermana Esther nació en Cárcar, provincia de Navarra (España). Sus etapas iniciales de formación las vivió en la Casa Madre y aquí también emitió los votos perpetuos.
Su vida apostólica estuvo la mayor parte dedicada a la Sanidad, como ATS siempre atendiendo con solicitud a sus enfermos, Teruel, Lérida, Pamplona, repitiendo en algunas, aunque con misión diferente, en Teruel residió en la Casa de acogida, Santa María de los Ángeles, dedicando también su vida a la Pastoral Sanitaria, y en Laredo en la Guardería. El servicio de Superiora y Vicaria Local fueron otros aspectos de su colaboración “hacia dentro”.
En la Residencia de la Milagrosa, trabajó como ATS y volvió con posterioridad a la Comunidad el 2013, ya con bastantes dificultades de movilidad utilizando la silla de ruedas.
Desde la comunidad actual me dicen que era una hermana de carácter fuerte y luchadora, ayudaba a quien lo necesitaba y aceptaba con paciencia sus dolores e inmovilidad. Cuidaba la relación con las hermanas y sabía pedir perdón cuando reconocía que había molestado a alguien.
Que el Señor resucitado la haya acogido en su debilidad y fidelidad en el seguimiento.
Descansa en paz.
 

Nuestra hermana Carmen nació en Madrid. Sus etapas iniciales de formación las vivió en la Casa Madre, donde hizo el Noviciado y emitió sus Votos Temporales. Sus Votos Perpetuos los emitió en Quillazú (Perú).
Su vida apostólica estuvo dedicada a extender el Reino de Dios por muy diversos lugares y de muy diversas formas, maestra, catequista, visitadora de las personas en sus casas…
Misionera incansable, estuvo en Perú y Argentina la mayor parte de su vida. También estuvo en la Comunidad de Roma y en la Casa Madre, durante mucho tiempo.
Son palabras de ella, que repetía en cada lugar que estaba:

“¿Qué vas a hacer? Todo lo que puedas. Con alegría y entusiasmo,

DAR todo lo que tienes dejándote en las manos de Dios”.

Y cuantas hermanas vivieron con ella pueden asegurar que así fue siempre.
Las hermanas de la Comunidad actual dicen que era una hermana luchadora, ayudaba a quien lo necesitaba y aceptaba con paciencia sus dolores y limitaciones.
Amante de la vida fraterna, sabía pedir perdón cuando reconocía que había molestado a alguien y asimismo perdonaba si alguna le causaba una molestia.
Que el Señor le conceda el descanso eterno.