FMMDP en Red

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Nuestra hermana María del Carmen García Oro nació en A Veiga (Lalín – Pontevedra) y hoy ha muerto, tras una larga enfermedad en la Comunidad de Santiago.
En la vida nos sostienen certezas que nos van modelando y transformando para responder a la llamada de la Vida, que es el Señor Jesús. A esta llamada quiso responder Carmen siendo joven, cuando ingresa en nuestro Instituto.
Inicia el noviciado en 1948, hace su primera profesión en 1950 y la Profesión perpetua en 1956, todo ello en Tortoreos (Pontevedra).
Desarrolla su misión en distintas comunidades de Galicia. Generaciones de niños y niñas de Orense, Rivadavia, Celanova, Carballino, Ponteareas, Tortoreos, han gozado de su pedagogía creativa, simpatía, cariño y de su buen humor; hoy diríamos que trataba de formarlos integralmente con las formas propias de su tiempo.
Ya en edad adulta, realiza estudios de enfermería en Madrid y cambia de escenario en la misión, de la niñez al campo de la salud. Es destinada a comunidades sanitarias: Lugo, Ben-Cho-Sey, Ourense Sainza, trabajando en los hospitales de las ciudades entregándose y colaborando en distintos servicios.
Una vez jubilada, en 2001, es trasladada a la Comunidad de Santiago, donde pasa su etapa final.
Desde la experiencia de esta hora final, de la que con especial respeto decimos que es la hora de la verdad, agradecemos haber podido acompañarla como hermanas en esta última etapa. Agradecemos toda su vida, lógicamente como nos sucede a todos los humanos, marcada por la limitación y fragilidad de personalidad y carácter, pero también enriquecida de dones y cualidades con las que se ha entregado en la misión y en la comunidad.
Agradecemos al Señor la riqueza de su persona sobre todo el don de su alegría, su buen humor y retranca gallega; y con la sabiduría que los años le han ido aportando, con el libro entre sus manos en la capilla; agradecemos también ya en la enfermería su testimonio de paz, serenidad en la enfermedad y el Primado de Dios.

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Nuestra hermana Cruz nació en Trillo, provincia de Guadalajara, España, en una familia muy religiosa de la que fueron llamadas al seguimiento de Jesús ella y otra hermana. Tiene un sobrino sacerdote.
A los 26 años inició el noviciado en la Casa Madre, donde también hizo su primera profesión y los votos perpetuos.
Son pocas las comunidades por las que ha pasado. Su primer destino fue Toledo dónde transcurrió gran parte de su vida entregada a las labores domésticas con gran entrega y dedicación.
Su siguiente destino fue Fuencarral, primero la Sede Provincial y después la Comunidad de mayores, para regresar a Toledo en 2005, comunidad en la que hoy ha sido llamada al encuentro con el Dios amor y misericordioso.
Entre las características que señalan las hermanas que la conocen indican que era una hermana sencilla, trabajadora, y sacrificada, con gran sentido de la obediencia, persona de oración y trato fraterno, servicial, detallista, amante de la Congregación y de la Virgen. En Toledo hablaba mucho de Ella a las internas, era muy querida por éstas, pues también estaba pendiente de su cuidado y alimentación, especialmente si había alguna enferma. Era "la Madre”.

Desarrolló su misión parroquial visitando y llevando la comunión a los enfermos y ancianos. Quienes colaboraron con ella la consideraban virtuosa, positiva y alegre.
En Madrid, además de las tareas de la casa, el interés por las hermanas tiene un detalle curioso, cuando empezaron éstas a colaborar en las tareas culinarias, ella siempre aparecía por la cocina para ver si necesitaban algo y orientar en la preparación.
Como actividad apostólica colaboró en Karibu (Casa de acogida y ayuda a emigrantes africanos), con entusiasmo y entrega.
Últimamente su salud ha ido decayendo y después de unos días en el hospital, hoy ha dejado esta vida terrena para empezar la eterna que Dios tiene preparada para los que ama y le aman.

Descanse en paz

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Nuestra hermana Matilde nació en Puentecesures-Cordeiro, provincia de Pontevedra. El noviciado, como etapa de formación y la primera profesión las vivió en Tortoreos. Su entrega definitiva mediante los votos perpetuos fue en la Casa Madre.
Pocos días después de su primera profesión fue destinada a Carballiño, en Galicia, hasta que en 1960 partió como misionera a Venezuela, donde como profesora pasó por varias comunidades – colegios durante 20 años, muy interesada por el buen aprendizaje de sus alumnos.
Después de una breve estancia en España (La Coruña), regresó a Venezuela y aquí siguió con su misión de profesora, catequista y colaboración en las comunidades hasta que, en 1995 dejó definitivamente Venezuela.
La comunidad de Travesía y después la comunidad del colegio en Vigo fueron, junto con Roma los lugares por los que transitó después de su regreso, hasta que en 2012 se incorporó a la comunidad de la Casa Madre.
Hermana prudente, observante, responsable y muy organizada en sus tareas, sacrificada, (Dice una hermana textualmente: “puedo dar fe de que era muy sacrificada”), sensible, pero su carácter reservado hacía que le resultara difícil expresar sus sentimientos, por lo que no se apreciaba su riqueza interior.
Le gustaba mucho leer, preparar y celebrar la liturgia muy lentamente y se la veía mucho tiempo en la capilla ante el Santísimo.
Ya ingresada en el hospital, con fuertes dolores, se la oía decir: “lo que Dios quiera” “estoy Señor en tus manos” y oraba con el Padrenuestro y el Ave María.
Hoy cuando estaban preparándola para una difícil intervención del corazón, el Señor la llamó a su presencia.

Que ÉL por su infinito amor misericordioso le conceda el descanso eterno.

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Nuestra hermana Florentina nació en Oteruelo, provincia de León (España) Comenzó su andadura religiosa en el noviciado de la Casa Madre y también aquí hizo su primera Profesión y los votos
perpetuos.
Toda su vida, estuvo dedicada a la enseñanza en muchos de nuestros colegios, de lo que fue la Provincia de León. De norte a sur de la Península, incluido Madrid, se entregó por entero a la educación, con gran don de gentes y apertura de mente, encajaba con jóvenes y familiares de las religiosas, (Residencia de Oviedo) y con mayores, muy querida por cuantos la trataban, conocía la vida de los vecinos, sus nombres, y como su conversación era agradable, hablaba de todo, también de Dios.
Mujer orante a la que se percibía una rica relación con el Señor, del que hablaba como a quien amaba de verdad, preocupada por cumplir la voluntad de Dios y ponerse en sus manos, interés por formarse en la vida espiritual, especialmente en la oración.
Hermana muy vital y apasionada, vivía todo con mucha intensidad, alegre, dinámica y jovial, de fácil convivencia creativa, también en trabajos manuales y labores, con el carisma de la atención y el cuidado, muy detallista, servicial, activa, trabajadora y entregada.
Estos dones recibidos y cultivados, los puso también al servicio de la Congregación, aceptó los muchos y variados cargos que se le encomendaron: Gobierno, Superiora, Vicaria y Administradora Local en varias Comunidades, Maestra de Postulantes. Amiga de celebrar la vida, de favorecer los encuentros, con apertura y respeto a lo diferente.
Pero el tiempo pasa y en los últimos años su salud fue deteriorándose. Desde octubre de este año, una caída le produjo una fisura que le impidió volver a caminar, ingresos en hospital, con dependencia para todo al volver a comunidad y aunque deteriorada también su mente, recibió la unción de enfermos contestando a todo y rodeada de muchas de las hermanas de la casa.

Descanse en Paz.