FMMDP en Red

Hermana procedente de Cárcar, provincia de Navarra en España.
En la Casa Madre inició el noviciado y a los pocos días de su primera profesión, fue destinada a la guardería de Laredo, pero a los dos años, un nuevo destino la llevó a tierras andaluzas y en los colegios de Córdoba y Andújar vivió su misión con entrega y cariño. Estando en Córdoba
volvió a la Casa Madre para su profesión perpetua.
Hermanas que han vivido con ella y también laicos a quienes ayudó y acompañó en el colegio, en el internado y en la Escuela-hogar de Andújar en la que había niños muy difíciles, dicen de ella que era una hermana entregada, alegre, trabajadora, servicial dentro y fuera de la comunidad, quería y se hacía querer por niños y adultos, conocía y ayudaba a los que veía necesitados; muy espiritual, destacando su devoción al Sagrado Corazón y a la Virgen bajo la advocación de “Gracia”
Dice una antigua alumna “entraba en clase con ganas de que disfrutáramos de su gran afición: la costura y las manualidades. Cada vez que tocaba algo lo llenaba de arte y de cariño, la recuerdo por muchas cosas, pero sobre todo porque supo bordar su cariño en nuestros corazones”

Compaginaba arte y armonía. Hacía exposiciones de los trabajos realizados y preparaba para las hermanas detalles de bordados a punto de cruz y los ofrecía en cumpleaños u otras fechas importantes.
Los años van dejando huella, su mente iba deteriorándose, aun así, salía a la calle recibiendo el cariño y agradecimiento de tantas personas que la conocían desde hacía muchos años.
Llegó a la Casa de mayores de León en el año 2017, y aunque el deterioro fue agravándose, siguió, en la medida de lo posible, con su sencillez hasta que la enfermedad se lo impidió.
Su vida entregada al servicio de los sencillos, hoy ya la entregó definitivamente en las manos del Padre. Descanse en paz.

Nuestra hermana Aurea era natural de La Herrera (Zalla) provincia de Vizcaya. El Señor no tiene en cuenta la edad de las personas a las que llama y como a los obreros de la viña, a nuestra hermana la invitó a su seguimiento cuando ya era madurita en años.
La etapa del noviciado la realizó en la Casa Madre y cuando llegó el momento hizo su primera profesión en el año 1956. Aquí volvió para emitir los votos perpetuos.
Su primer destino fue a la Residencia Sanitaria de Lérida de la Seguridad Social, y como el resto de hermanas vivió en la Residencia hasta que se adquirieron los Pisos de Paseo de Ronda.

Su vida de apostolado estuvo siempre relacionada con el personal subalterno de las Residencias, ya que, en el año 2012 pasó a la Residencia de la Milagrosa en la que siguió trabajando mientras pudo.
Hermana de temperamento fuerte, supo compaginarlo con su sonrisa, su actitud de servicio, de buena relación con los empleados en su trabajo, de responsabilidad en sus tareas.
Su forma de ser hacía que en ocasiones caminara un poco a su aire, prefiriera la soledad, pero cuando llegaba un encuentro de hermanas de la zona siempre tenía un detalle para cada una; persona de oración, aunque no muy participativa, interesada por la formación participó en los diferentes cursos que se organizaron tanto de Formación permanente como de Posterior Formación.
La enfermedad también la visitó y el verse necesitada la ayudó a “dejarse hacer” y a ser agradecida.
En este tiempo de Adviento, no fue el Señor el que vino, sino Él, que también la esperaba después de su larga vida al servicio de los hermanos, dentro y fuera de comunidad, la llamó para hacerla partícipe de la Vida que no tiene fin.

Descanse en Paz.

Nuestra hermana Balbina nació en Santa Cristina de Cobres, provincia de Pontevedra (España).

Su noviciado y profesión Temporal los vivió en Tortoreos (Pontevedra) y emitió los votos perpetuos en la Casa Madre.

Balbina, gran mujer franciscana y comprometida con los pobres. Orante y contemplativa en la vida fraterna. Creadora de fraternidad. Reconciliada y constructora de PAZ y BIEN. Cercana, con capacidad inmensa de ternura. Hoy lo hemos contemplado.

El amor de Dios la envolvió. Se le hizo presente en este día de Navidad que, con su Hijo ha nacido a la Nueva Vida.

Y, en estos momentos, a todas las hermanas que compartimos con ella sus últimos años, sólo nos brota un GRACIAS lleno de cariño. Damos gracias por su vida como un espejo de gratuidad.

• Gracias por lo buena hermana que fuiste.

• Gracias por tu vivir reconciliado.

• Gracias por tu trabajo casi siempre desempeñado en el ámbito hospitalario. ¡Cuánto amor! ¡Cuánta entrega!

• Gracias por el cariño tan grande a Nuestra Madre Fundadora, y por la capacidad de transmitirlo a todas las personas de tu alrededor.

• Gracias por tu alegría.

• Gracias por lo mucho que nos facilitaste los cuidados que día a día, ibas recibiendo.

• Gracias por tu fragilidad y vulnerabilidad de los últimos años envuelto siempre en grandes dosis de ternura.

• Gracias por tus aturuxos y silbidos.

• En ti, Balbina, acogemos el amor de Dios Padre, manifestado en Jesús Hijo suyo y Señor nuestro. Descansa junto a Él.

Nuestra hermana Pilar era natural de Peñafiel, provincia de Valladolid, España.

Después de su primera etapa de noviciado en Madrid, profesó de votos temporales y a su tiempo de perpetuos en la Casa Madre. Pocos días después de su primera profesión empezó su tarea apostólica en la sanidad, primeramente, en España: la VOT y Pamplona. Después de su profesión perpetua partió para América, realizando su misión como sanitaria, en varias casas, entonces de Argentina, y en la tarea de la casa de niños de S. Pedro.

En 1990 regresó a España y después de unos meses en la Casa Madre, pasó por la Residencia de la Milagrosa y la de Cangas de Onís con los ancianos.

En agosto de 2020 llegó a la comunidad de Benavides, en la que ha fallecido.

Era persona de oración, vivía el espíritu franciscano de austeridad, generosidad y pobreza: solía decir “que le gustaba vivir ligera de equipaje”

Este tiempo vivido en Benavides ha sido de acción de gracias por todo y a todas. Hermana responsable en sus tareas, atenta a las necesidades de las hermanas, aunque a veces ya no pudiera ayudar, disfrutaba entonando canciones de su época, contenta y cuando algo, en ella o en las demás podía ser motivo de queja, animaba diciendo: “no debemos quejarnos de nada ni de nadie” (¿Referencia a la M. Fundadora?)

La preocupación por los demás la hizo estar también pendiente de la necesidad de su familia a quien atendió en el momento preciso.

Que goce ya del infinito amor de Dios al que entregó su vida. DESCANSE EN PAZ