

FMMDP en Red
Mayo - Agosto 2016
SALADINA GÓMEZ VIGIDE
Nuestra hermana Saladina Gómez Vigide de la Comunidad del Colegio de Orense, murió en la paz del Señor, a los 87 años de edad y 68 de vida religiosa el día 16 de julio de 2016.
Nació en Villa de Cruces (Pontevedra). Desde bastante joven quiso dar respuesta a la llamada que sentía de parte de Dios y a ella respondió cuando hizo su profesión temporal en Tortoreos y la confirmó definitivamente con los votos perpetuos en la Casa Madre.
Su vida dedicada, en primer lugar a la enseñanza en diferentes Colegios de Galicia y también en Fuencarral (Madrid), estuvo marcada por otros muchos apostolados. En Vigo se dedicó a la promoción de las obreras de la fábrica. Comenzó con la preparación de grupitos de alumnas para que se examinaran por libre de Bachillerato, preocupada por los pobres, trabajadora en Cáritas, encargada de misiones.
Con alguna de estas tareas continuó en Orense, dónde se hizo presente en el Comedor Social, siendo presencia querida y recordada más tarde.
Participaba con las alumnas en los campamentos, en el Camino de Santiago y cuando ya era mayor seguía acompañando para curar a los caminantes.
Ya con anterioridad, pero también aquí además del servicio de Superiora local, se encargó de la animación y formación del primer grupo de AMAM, quienes la llamaban y siguen llamando Nuestra M. Mª Ana Mogas. ¡Cuánto cariño encierran estas palabras!
Toda esta actividad brotaba de una intensa vida interior, que trataba de alimentar con cursillos de formación, oración, cursos de espiritualidad, siempre en formación. En palabras textuales de quien me ha dado datos, fue una mujer “BUSCADORA de DIOS” y así estos últimos años, cuando llegó la enfermedad, la prueba, en la que tenían que hacerle todo, la llevó con gran serenidad, no se quejaba de nada, le gustaba rezar y cantar, cantos religiosos y también propios de su tierra. Vida recibida, vida entregada y hoy después de unos días muy difíciles, la llamada del Padre le permite gozar para siempre de Quien aquí en la tierra fue su mayor anhelo: Dios mismo. Descansa en Paz.

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CRUZ MARTÍN MORENO

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Nuestra hermana Cruz Martín Moreno de la Comunidad de Lérida, Residencia La Milagrosa, murió en la paz del Señor, a los 97 años de edad y 69 de vida religiosa el día 22 de agosto de 2016.
Nació en Saldaña de Ayllón (Segovia). Trabajó en el campo de la sanidad. Sus últimos destinos fueron en las comunidades de Santander Clínica, Hospital V.O.T. y en la Residencia La Milagrosa de Lérida.
Se caracterizó por su bondad y alegría, muy animadora de fiestas; solidaridad y sensibilidad para con los necesitados; sacrificada por los enfermos, trabajando en turnos de noche; atención especial, en Santander, para los que trabajaban en el mar y llegaban después de un tiempo, meses, enfermos; sabía cómo ayudarlos y lo que necesitaban en esos momentos.
Agradecemos su testimonio de vida sencilla, haciendo vida el lema de nuestra Madre Fundadora: AMOR Y SACRIFICIO. Descanse en paz.
MARÍA LUISA GARCÍA DE LA CRUZ
Nuestra hermana María Luisa García de la Cruz de la Comunidad de Hermanas Mayores de Fuencarral, murió en la paz del Señor, a los 99 años de edad y 78 de vida religiosa el día 29 de agosto de 2016.
Nació en Bornos, provincia de Cádiz (España). Falleció en Fuencarral, Casa de Hermanas Mayores, donde estuvo sus últimos años enferma, siendo testimonio de aceptación de su enfermedad y a pesar de su demencia, siempre tenía respuestas con cierta “chispa” de buen humos, atrayendo la atención y el cariño de las hermanas de la comunidad, que con generosidad y entrega la cuidaron.
Se distinguió por su amor a la Congregación en extremo. Se entregó a dar vida a todo aquello que se le encomendaba: Educación, dirección del Colegio de Santander, donde luchó para sacarlo a flote en momentos difíciles; estuvo al frente de las reformas de la casa de Emilio Ortuño donde fue secretaria del Colegio.
María Luisa fue muy humana, caritativa con las hermanas, amante de los pobres, a los que atendía con generosidad. Con quienes trataba, alumnos, profesores, padres… era amable, delicada, cercana, acogedora.
Damos gracias a Dios por su vida, por su servicio a la Congregación y a la Iglesia. Confiamos en que ya goza del amor misericordioso del Padre, de su PAZ y de su GLORIA.

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