Fidel Aizpurúa, OFM Cap|| Paladear la vida exige atención, cuidado, capacidad de admiración. Exige también ponerse cada vez en la perspectiva del otro/a porque es desde ella desde donde los detalles cobran su verdadero sentido. Paladear el detalle es algo muy próximo a la gran sabidurÃa de disfrutar de lo sencillo, de no perder la capacidad de maravillarse de lo cotidiano. Paladear la vida exige un sosiego, una actitud de aprecio y hasta una cierta imaginación para huir de la rutina que amenaza a lo sencillo de cada dÃa.
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